15/7/14

Traducciones, ¿a favor o en contra?

¡Hola a todos!

Al teclado Fran. Después de un tiempo sin escribir nada por exámenes y temas relacionados con ellos, vuelvo a la carga con este pequeño artículo que espero que os guste. Resulta que, como ya estoy de vacaciones, me dedico a pasar mis ratos muertos leyendo, y en estos días he estado tratando con algunos libros traducidos del francés (lo suyo sería leerlos en versión original, pero no entiendo nada de esa lengua) y claro, me he encontrado con algunas cosas que no me han gustado nada. Por eso he pensado que se podría abrir un pequeño debate, o análisis, o como lo queráis llamar, para ver todo lo bueno y lo malo de leer un libro traducido.

Pero antes, es muy importante que distingamos bien entre una traducción y una edición, ya que hay muchas personas que las consideran iguales cuando, en realidad, no lo son. Aunque ambos tienen un objetivo muy parecido, las ediciones se dedican a corregir los errores que se hayan podido cometer en las traducciones, estudiando oración a oración el texto original y el traducido, mientras que la traducción sólo traduce aportando matices, explicaciones y aclaraciones mediante pies de página para facilitar el entendimiento de la traducción aportada. Dada esta pequeña explicación, vamos a ver qué es lo bueno y lo malo de las traducciones.

Por una parte, podemos decir que pueden ser muy útiles porque nos ayudan, como en mi caso ha sido, a leer obras procedentes de lenguas que no podemos hablar; sirven para ampliar horizontes en términos de expansión de una obra en concreto; o, por ejemplo, nos ayudan incluso a aprender sobre cultura, historia o geografía de otros países. Además, las traducciones también nos pueden servir para contrastar la información de dos textos diferentes al mismo tiempo, y nos pueden aclarar ideas que puedan haber resultado algo confusas tras la lectura de la versión original.

Sin embargo, también pueden traer problemas del tipo faltas ortográficas, problemas en el deletreo de palabras, expresiones erróneas, incoherencia en el texto o incluso préstamos de otras lenguas inadecuados, lo cual creo que resta mucho valor y calidad a la obra en sí, ya que nos pueden llevar a malentendidos y confusiones. Además, no debemos olvidarnos de las pérdidas de significado con el paso de un idioma a otro que con el paso del tiempo van tomando, ya que van adquiriendo sentidos cada vez más lejanos al que el autor quiso darle en su momento.

Dicho esto, y desde mi punto de vista, creo que lo mejor que podemos hacer es leer libros en su versión original, siempre y cuando sea posible, claro está. Ahí es donde tienen toda su esencia, donde tienen todos sus matices que el propio autor ha querido darle a su obra, donde podemos encontrar realmente parte del alma y la historia del autor, y eso es algo que sólo en los originales podemos encontrar. Por eso, yo apoyo la lectura de libros en versión original, y si es necesario, recurrir a las diferentes traducciones que puedan tener, pero primero intentarlo con la primera edición que puedan tener.

Y bueno, creo que sobre este tema no se me olvida decir nada más. En cualquier caso, si alguien tiene algo que añadir, comentar o discutir puede hacerlo mediante un comentario de forma respetuosa a los demás.

Un saludo y abrazos a todos.

Fran.

4 comentarios:

  1. En mi opinion, estoy a favor de las traducciones. Bien es cierto que, en muchos libros, podemos encontrarnos fallos que nos hagan sangrar los ojos pero, en general, las ventajas son muchas mas, entre ellas hacer llegar la literatura a personas que, por desgracia, no tienen la suerte de dominar dicho idioma. Para corregir (nunca mejor dicho) el error de cometer faltas en traducciones, la solucion es la edicion. Aunque siempre habra ediciones peores que las traducciones pero bueno, todos somos humanos.

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    1. Por eso, creo, las traducciones deben ir unidas a un buen editor. Si no, el resultado puede ser bastante desastroso. ¡Gracias por comentar!

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  2. Pues lo ideal sería leer todo lo posible en versión original, sobre todo por aquello de no perder matices y disfrutar de una obra en la lengua que fue concebida. Yo me manejo con fluidez en francés, y con el inglés lo suficiente como para una lectura no muy compleja... pero sinceramente, reconozco que si el libro en cuestión está disponible en español, sólo por pereza, me decanto por la traducción en general.

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    1. Estoy de acuerdo contigo. Yo sólo hablo el inglés, y es cierto que a veces estoy tan saturado de leer en ese idioma que necesito desconectar y leer algo directamente en castellano para cambiar un poco el chip. ¡Gracias por tu aportación!

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