Nacemos
¿para qué? Cuantas y cuantas veces nos hemos preguntado lo mismo, y hemos
pensado muchas veces que es una pregunta sin respuesta. Sin respuesta porque no
miramos dentro de nuestro corazón, porque no le esforzamos a conectar con la
parte cerebral, y encontrar la respuesta. La respuesta existe, y es una
respuesta sencilla. Nacemos para escribir el relato, el capítulo y en
definitiva, el libro de nuestra vida. Sí, el libro, cual si de un escritor nos tratáramos,
y si, somos escritores, escritores de nuestro destino, de nuestro caminar, de
nuestros sueños, ilusiones, pensamientos y futuro. Desde que nacemos empezamos
la página cero de nuestro libro particular, y lo vamos rellenando para, cuando
llegue el momento de decir adiós, echemos un rápido vistazo a ese libro y
comprobemos lo que ha sido nuestra vida. De lo que hayamos escrito depende que,
o sonriamos antes de partir, o nos lamentemos por no haberlo escrito como
realmente queríamos.
Desde
que nacemos, sin darnos cuenta, todo gira en torno a la escritura, a la
literatura, a las letras, porque desde pequeños ya pedimos un cuento antes de
dormir, ya nos introducimos en los primeros mundos maravillosos que nos depara
la literatura. Aprendemos a escuchar e imaginar esos mundos de duendes,
princesas, monstruos, ogros, hadas, etc…, y vamos instruyendo, a nuestra mente, de fantasía. Aprendemos a escribir nuestras primeras letras, palabras, frases,
y empezamos a plasmar ese mundo interior nuestro. Aprendemos a leer, y a
algunos les gustará mas y a otros menos, pero es algo que está innato dentro de
nuestro cerebro. Todo se rige por las letras: las expresiones que aprendemos
desde pequeños, las palabras, las frases, el saber comunicarnos y expresarnos
con los demás… todo es letra, letra que alguien ha plasmado en papel y la cual
han aprendido nuestros mayores, letra que luego hemos escuchado y leído y hemos
ido aprendiendo, letra, letra que es literatura simple, pero literatura en sí,
una literatura que lleva siglos haciéndonos soñar con mundos imaginarios, llorar
con dramas, iluminar nuestro corazón con romance, y enseñarnos nuestro pasado
con lo histórico. Una literatura que llevaría miles y miles de páginas, el
simplemente contar su historia, sus inicios, su evolución y su futuro.
¿Nos
hemos parado a pensar porque “cama” es “cama” y lo que significa, y no podría
ser “silla” o “perro”?. No. Ahí está el misterio de las letras. Ahí está el
misterio de los que plasman su sabiduría en papel, sus enseñanzas, sus sueños…
Yo
estoy orgulloso de conocer gente así, gente a la que he conocido en una etapa
dura de mi vida, pero gente que me han dado fuerza para seguir adelante, para
dejar mi huella y mi impronta, para tener mis relatos, mis libros, mis
ilusiones, mis sueños, mis momentos malos, plasmados en simples hojas de papel.
Todos ellos merecen un espacio en mi corazón, porque sin ellos y sin tantos
otros que crearon grandes generaciones, la literatura no existiría, y nuestra
vida no tendría sentido porque no habría ningún libro que escribir desde que
nacemos hasta que nos morimos. A ellos, y a todos los que lean esto, dejo mi más
humilde huella en este mundo, y les incluyo en el capítulo correspondiente en
el libro de mi vida, un libro que, ojalá tardara mucho en cerrarse, un libro
del que me sienta orgulloso cuando llegue el momento de leerlo por última vez.
No
olvidéis nunca que la vida es literatura, literatura simple o literatura pura.
Eso depende de cada uno, y de lo que quiera buscar en su corazón.
"Si la vida es un juego, seamos ludopatas de ella"
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ResponderEliminarlo encuentro muy útil y sigo el blog.
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