¿Por qué los libros de autoayuda no sirven para nada?

Antes de empezar este artículo debo confesar que soy una “obsesa” de los libros y novelas de autoayuda. Tras años leyendo libros y más libros que resaltan la importancia de perseguir tus sueños o vivir los pequeños momentos de la vida, he llegado a la conclusión de que estos libros no sirven para “nada”. Debo matizar ese “nada”, y es que realmente no te ayudan a superar una mala racha o te sacan de la depresión.
Pero claro, deben vendértelo como el elixir de la felicidad, la solución a todos tus problemas, "¿sientes una tristeza desmesurada que no te deja respirar? Olvida ir a tu médico de cabecera para que te derive al psiquiatra y léete mi libro “Como ser requetefeliz” todos tus problemas desaparecerán como por arte de magia, además si lo compra antes de 24 horas recibirás de regalo mi libro de dietas “Como ser requetefeliz comiendo requetebién”.

No creo que comer tofu y beber batido de alcachofa durante una semana haga salir a nadie de una depresión, opinión personal, que lo mismo si se come una hamburguesa XXL y una tarta de chocolate con sirope de chocolate y base de chocolate, tampoco va a salir de una mala racha perooo por lo menos será una persona triste con un estómago lleno.

A lo que iba que me voy del tema. He llegado a la conclusión de que los libros de autoayuda no ayudan, simplemente te hacen comprender que podrías estar mucho peor. Te hacen replantearte que tu “mal” no es nada para lo que realmente podría ser. “¿Te ha dejado tu pareja y te han diagnosticado depresión? Sonríe, podría ser peor, podrías estar perdido en la selva del Amazonas con 25 indígenas caníbales persiguiéndote.”

La inmensa mayoría de persona que habitamos el planeta Tierra necesitamos compadecernos de nosotros mismos mientras comprendemos que podríamos estar mucho peor, necesitamos el sufrimiento ajeno para aliviar el nuestro, esto nos convierte en personas horribles y crueles pero al menos no estamos perdidos en la selva del Amazonas siendo perseguimos por una tribu caníbal.

Gracias por leer mi pequeña reflexión y nos vemos pronto.

Marién.