Lo confieso: leo rápido. Sé que ahora mismo estaréis escandalizados, os miraréis unos a otros y pensaréis "cómo se atreve, leer rápido... qué barbaridad, Así no disfruta del libro". Sí, siento esas miradas acusatorias y qué queréis que os diga: ME DA IGUAL.
Yo no leo a ritmo rápido en realidad, yo leo a mi ritmo. Hay personas que, como yo, no pueden evitar leer rápido. ¿Que me gustaría ser capaz de tirarme un mes con un libro? Si fuera otra persona, quizás sí. Pero soy yo y soy incapaz. Quizás por eso soy más de películas que de series, o de series de 20 minutos en vez de cuarenta o una hora.
Vosotros diréis que si no voy lento es porque no quiero, pero de verdad que es porque no puedo. Bailo rápido, hablo rápido, pienso rápido, escribo rápido, cuando paseo lo hago rápido, veo las tiendas rápida, y leo rápido, muy rápido. De verdad que no lo hago a propósito. A los que os pase como yo sabréis la cruz que es pensar rápido ya que la lengua no tiene tanta rápidez o si la tiene pero no todo el mundo consigue entenderte así que debes repetir lo que has dicho una y otra vez hasta que consigues bajar el ritmo a uno normal y todo el mundo te mira mal porque no lo has hecho antes.
¿Y eso a qué va? A que no podemos evitar ser lectores rápidos, de verdad que no. Cuando leo mi cabeza va a toda velocidad, y en mi cabeza se forma una especie de película con los sucesos del libro. Es algo impresionante, por cierto. Una pena que solo yo pueda verlo.
Fuente: we heart it |
Y leer rápido no quiere decir que no nos enteremos, os prometo que nos enteramos de todo. Y está probado. Por mi madre. Y mi padre. Y mi yo de nueve años. Cuando era pequeña en mi casa se mosqueaban porque yo me leía los libros en un pispás y eso no era normal. No porque yo leyera (en mi casa leemos todos... bueno, mi hermano ya no, solo un libro al año, pero el resto leemos sin parar, visitamos las bibliotecas cada vez que tenemos en el ansia de leer algo que no tenemos y llenamos la casa de libros) sino porque lo hacía rápido y acababa un libro antes que ellos. Así que me hicieron un examen, de verdad que lo hicieron, decían que era imposible que me hubiera enterado de algo a mi ritmo. ¿En qué consistió? Abrieron el libro por una página cualquiera, me dijeron el número y luego me soltaron "dime qué pasa en esta página", claro que eso era imposible porque no me sabía los números de página así que creo recordar que les dije "leedme la primera frase", lo hicieron y yo les conté todo lo que pasaba en esa página, en las anteriores, y en las siguientes. Hablé durante un montón de tiempo y se lo dije con tanto detalle que me miraron fastidiados y dijeron "es verdad, sí que te enteras, sigue leyendo".
Así que sí, yo sí me entero. Y no me salto líneas ni páginas ni nada de nada. Me lo leo. Entero. Y un libro de 800 páginas me dura uno o dos días pero no porque yo lo haga a posta, es que no puedo evitarlo. A veces intento que me dure el libro pero suele ser misión imposible porque es algo que no puedes controlar. El libro te engancha, tu lees y lees y lees como una adicta enganchada y cuando lo acabas te das cuenta de que no te ha durado ni un día (motivo por el que mis padres ya no me compran libros con menos de cuatrocientas páginas).
¿Y los disfruto? Claro que los disfruto, a mi ritmo, que no al vuestro. Me meto hasta dentro de la historia, y me lo paso tan bien leyéndola como los lectores lentos. No creo que la velocidad a la que lees tenga nada que ver con el disfrute porque todos vamos a un ritmo distinto. Es más, yo una vez tardé mucho en leerme un libro porque quería probar a estar con él unos cuantos días y no lo disfruté tanto como cuando lo leo a mi ritmo.
Supongo que podría decirse que básicamente todo esto va a que suelo estar harta de escuchar que los lectores rápidos no disfrutamos los libros, algo que dicen todos los lectores lentos, y suele fastidiar porque lo dicen con un tono de "lo que yo digo va a misa porque tengo razón y los lectores lentos estamos en un plano superior". Bueno, igual no lo dicen con ese tono, pero sí que lo dicen como si fueran superiores a nosotros, los rápidos. Siempre dicen que no los disfrutamos, que es imposible leer a nuestro ritmo y blablabla y yo digo ¿por qué? En mi caso, toda mi vida he hecho las cosas de esta manera, rápidas, y es algo que no puedo evitar porque es parte de lo que soy, estoy acostumbrada y las disfruto de igual manera que vosotros. Cada persona tiene un ritmo y hay que aprender a respetarlo.
Eso sí, estoy un poco en contra de esas páginas de "aprender a leer más rápido". Como he dicho, cada uno tiene un ritmo y si el tuyo es lento ¿para qué cambiarlo? Si te pasas a uno que no es el tuyo te aseguro que entonces no lo disfrutarás tanto ¡porque no es el tuyo! O quizás sí, pero te costará pillarlo porque tienes que aprender a ir a cámara rápida y eso no creo que os guste mucho si toda la vida habéis ido a cámara lenta. Total, que no me gusta porque cada uno tiene que ir a su ritmo y cambiarlo no me parece muy bueno.
Total, que esta es una entrada en defensa de los lectores rápidos, de los que no podemos evitar leernos una novela en una tarde, de los que disfrutamos leyendo a nuestro ritmo, de los que no nos saltamos páginas y de los que devoramos novelas.
¿Alguno por bloggerizados que lea a mi ritmo?
Vaya, eso si que es una opinión. Me identifico totalmente contigo, yo también soy una de esas personas que lo hace todo rápido y no suele tener mucha paciencia cuando las cosas van lentas. Respecto a los libros, nunca he podido comentar uno con mis amigas, ya que cuando yo lo acababa ellas, bueno..., no iban muy bien y me miraban raro. Soy una persona que se acabó un libro de 400 páginas en dos horas y pico, y me siento orgullosa de ello.
ResponderEliminar¡Gracias por tu opinión!
A mi me pasa exactamente igual, me siento muy identificada :)
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